eTestimonios

Gente de la calle que cree en Dios

02 abril 2006

Africa necesita colegios con padres involucrados como los que he visto aquí

Mi aventura empieza en 2001 después de observar por un tiempo el bien que hacen los colegios promovidos por los padres en España, especialmente en la formación cristiana y humana que reciben los alumnos, además del resto de formación que se da en cualquier otro colegio.

Empecé a reflexionar sobre cómo montar un colegio parecido en mi país, Congo, hasta que un amigo mío de la carrera universitaria en la Universidad de Kinshasa, me comentó la historia de su hijo de 3 años con su profesora. Nos vimos en Roma durante la canonización de San Josemaría Escrivá. La profesora, de una secta protestante, prohibía a los niños hacer el signo de la cruz antes de comer. Así que a la hora de la comida en casa el pobre niño le dice a su padre que no se hace el signo de la cruz, según su profesora. No me acuerdo cómo acabó aquella discusión entre el padre y su hijo sobre el tema...

Enseguida comenté a mi amigo la urgencia de montar un colegio en el que nosotros, los padres, estuviéramos involucrados en la formación que reciben nuestros hijos. Cada uno regresó a su lugar de residencia Luis a Congo y yo a Pamplona.

En Congo hay un hospital, el Centro Médico Monkole, obra corporativa del Opus Dei, como la Clínica Universitaria en la que ahora trabajo. Allí se organiza con cierta frecuencia un curso de formación para médicos y enfermeras. Fuimos desde la Clínica Universitaria tres personas: un medico anestesista, una enfermera de cuidados intensivos y yo, para dar clases en Congo.

Al terminar ellos regresaron a Pamplona y yo me quedé para reunirme con el grupo de padres con el que había previsto hablar del proyecto mencionado anteriormente. Nos juntamos unos cuantos matrimonios, padres de familia. Decidimos, en primer lugar, montar una asociación llamada “Asociación por la familia” que promueve varias actividades, una de las cuales será los colegios para educar a niños y adolescentes. Todos estuvieron de acuerdo en empezar inmediatamente con el colegio, nos repartimos los encargos, y yo volví a Pamplona.

Diez meses más tarde empezamos el Colegio Minzoto en una parcela con casas de alquiler, con tres clases de educación infantil. Comenzamos con 30 alumnos. Hoy el colegio cuenta, además, con clases de primaria hasta tercer año. En total hay 350 niños, juntos los chicos y las chicas.

En mi país los mejores colegios son los de educación diferenciada. Los padres que no pueden llevar a sus hijos a estos colegios por diferentes motivos, los matriculan en colegios mixtos. Hemos llegados a una fase en la que nos gustaría separar a los alumnos en dos colegios de chicos y de chicas. Estamos buscando financiación para realizar este proyecto. Trabajamos conjuntamente con colegios promovidos por padres de España y de Bélgica.

Nuestra asociación por la familia, trabaja junto con otra asociación de este tipo en Kenia y Nigeria por el bien de la familia africana. Estamos organizando un viaje para asistir al Encuentro Mundial de las Familias, con el Papa, en julio en Valencia.

Sección Familia/Family