eTestimonios

Gente de la calle que cree en Dios

13 marzo 2006

Mi hija ha salido de la mente de Dios; para mí es perfecta


Antonio José Crespo y Blanca Ferro contaron ante más de 6.000 personas, en el Encuentro de Familias, cómo se apoyan en la fe para afrontar la pérdida de su bebé


Me llamo Antonio José y mi mujer, Blanca. Llevamos casados diecisiete años, tenemos cinco hijos (Blanca, que tiene 16; Pablo, de 15; Javier, de 13; Beatriz, de 11 y Vega, que tiene 2) y como se ve, estamos esperando nuestro sexto hijo, para mayo.

Quisiera contaros –dice Blanca- la oportunidad que Dios nos ha dado en los últimos meses para mostrar a nuestros hijos el sentido cristiano del dolor. Carola, que es como se llama la hija que esperamos viene con una malformación muy grave que no tiene solución médica, de manera que si Dios no dispone otra cosa fallecerá a las pocas horas de nacer y ser bautizada. Nuestros otros hijos lo saben desde el primer momento y desde entonces, al igual que nosotros y todos aquellos que nos quieren, rezan y hacen rezar a sus amigos y amigas por ella pidiendo un milagro por intercesión de D. Alvaro del Portillo. Y como aceptan de antemano la voluntad de Dios, dan un ejemplo de fe y coherencia de vida a muchos que huyen del dolor porque no le ven sentido y niegan el valor sagrado de toda vida humana aun enferma.

Mi hija ha salido de la mente de Dios. Para mí es perfecta, para Él todavía más. Aunque tengo momentos de bajón, intento superarlos pronto, no dejando que el dolor me impida cumplir con mis deberes para el resto de mi familia, que tiene derecho a una mujer y una madre serena y alegre. Intento como San Pablo encontrar la alegría en la tribulación. Os aseguro que se puede. Cuento con la oración de mucha gente y sé que a partir de hoy también con la vuestra.

Antonio José: Desde el primer momento de nuestro matrimonio (y yo diría que incluso desde el noviazgo) teníamos claro qué tipo de educación queríamos para ellos. Hemos luchado por tener siempre presente en nuestra vida el compromiso que adquirimos el día de la boda de recibir responsablemente de Dios los hijos y educarlos en la fe de la Iglesia. Para ello hemos procurado transmitirles desde pequeños que Dios es un Ser cercano al que nos dirigimos habitualmente como uno más en la familia, tratándolo con confianza de hijos que se saben infinitamente queridos por su Padre del cielo y sin miedo a manifestarse, a contracorriente si es necesario, como cristianos allí donde se encuentren.

Hemos intentado transmitirles algunas manifestaciones prácticas de la fe: ofrecer a Dios todas las obras del día al levantarse por las mañanas y despedirse de El por la noche al acostarse, con oraciones apropiadas a la edad de cada uno; tratar a la Virgen como Madre, saludándola de manera especial a mediodía con el Ángelus; bendecir la mesa con naturalidad, incluso cuando estamos fuera de casa o con otras personas que no son de la familia; asistir en familia a la Santa Misa los domingos; pedir confiadamente y saber ofrecer a Dios pequeños sacrificios por intenciones concretas que les afectan a ellos, a sus hermanos, familiares y amigos, o a otras personas incluso lejanas y desconocidas, etc.

En esta tarea han colaborado desde el principio, y lo siguen haciendo, los colegios que elegimos para ellos, donde la educación que reciben es continuación de la que reciben en casa; y también los clubes juveniles que frecuentan donde además del estudio y de las actividades de tiempo libre asisten a los medios de formación espiritual que facilita el Opus Dei. Aprovecho para dar gracias a Dios por haber suscitado en su Iglesia a San Josemaría, de cuyas enseñanzas llevamos Blanca, como cooperadora y yo como miembro supernumerario de la Obra más de veinte años recibiendo orientación y estímulo.

En esta tarea apasionante de educar a los hijos -habla ahora Blanca- nos ha sido también de gran ayuda la asistencia a cursos de orientación familiar en los que hemos intentando formarnos mejor como padres, pues ningún hijo viene al mundo con un manual para su educación. Hemos intentado educarlos en libertad, enseñándoles que su responsabilidad es en primer lugar y sobre todo ante Dios.


El testimonio fue ofrecido en el Encuentro de las Familias en Murcia, ante más de 6.000 personas, para preparar el viaje del Papa a Valencia.

Después de las intervenciones de las familias, el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, señaló que es posible «compaginar nuestro trabajo y nuestras creencias, sin dejar de ser moderno».

Sección Vida/Prolife

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola. Me ha gustado tu blog. Siempre ayuda ver que hay gente que hace las cosas bien

José Luis O

10:51 a. m.  

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